Dra. Arizmendi en ASHA!

Durante los últimos meses, me mostré reacia a confirmar mi asistencia a ASHA, en parte por miedo e incertidumbre. Con imágenes de un Washington D.C. militarizado, cancelaciones de vuelos debido al cierre gubernamental más largo de la historia y tácticas de miedo e intimidación dirigidas a mi comunidad, la disonancia era abrumadora. Lo que lo hacía aún más extraño era que muchas personas (y la propia organización) nunca reconocieron esta misma realidad en su toma de decisiones. ¿Era miedo a mencionarlo? ¿O simplemente les resultaba indiferente?

Mis tres presentaciones abordaron preguntas cruciales que cuestionan y desafían los sistemas actuales bajo los que operamos en las profesiones y en el ámbito académico. Todas contenían palabras que ahora se consideran prohibidas en la investigación y en muchas instituciones. ¿Qué mejor lugar que Washington D.C. para asegurarme de que esas palabras resonaran en el aire, justo en el corazón del mismo sistema responsable de estos ataques en todo el país?

El primer día de la conferencia, me enteré de que mi artículo FLiP entró en la lista de los 10 mejores artículos de las revistas de ASHA de 2025, ocupando el segundo lugar entre más de 800 artículos; el mismo manuscrito que muchos revisores expertos del campo rechazaron. Algunos dijeron que era "irrelevante para los logopedas", que necesitaba asegurarme de que fuera "para, por ejemplo, comunidades inmigrantes", y que no creían que los niños pequeños pudieran servir como un puente lingüístico tan importante para sus familias y comunidades a una edad tan temprana.

Justo antes de cada una de mis presentaciones, vi a alguien que intentó detenerme, desanimarme o cambiar alguna parte de mí en algún momento de mi carrera. Justo después de cada presentación, sentí una profunda gratitud por haber superado cada una de esas pruebas. A menudo me enseñaron mucho, especialmente lo que no debo ser.

Esta semana, la gratitud es el sentimiento más fuerte que me embarga. Gratitud porque el miedo no me ha silenciado. Gratitud por mi equipo, mis estudiantes, mi comunidad. Gratitud porque seguimos aquí, diciendo la verdad en espacios que han intentado silenciarla.